En un momento muy concreto de mi vida laboral, tuve la suerte de trabajar con Toni, un tipo del que aprendí cómo debía ser un trabajador ejemplar.
Un profesional de los pies a la cabeza, alguien que te hacía sentir mejor por el hecho de compartir turno de trabajo con él. Un motor para el optimismo y el rendimiento colectivo de todo un equipo. Toni era de esas personas que cualquier compañía hubiera querido para su campaña de marketing, todo un ejemplo a seguir para cualquiera de sus compañeros.
Pero, ¿qué tenía Toni para ser un trabajador 10?, ¿qué lo hacía tan especial como para que todos quisiéramos trabajar con él?, ¿por qué la empresa no hacía mas que felicitarle constantemente? Intentaré resumirlo en 6 cualidades principales:
1. Disfrutaba con su trabajo.
O eso parecía. Trabajé con Toni en un restaurante de comida rápida y una cosa te puedo asegurar; aquel no era el trabajo de nuestras vidas. Pero, mientras yo me lamentaba de ello con mi cara triste, él transmitía alegría y positivismo constantemente. Estoy convencido de que no le apasionaba su trabajo, pero nadie hubiera sido capaz de adivinarlo. Viéndole trabajar, parecía como si hubiera nacido para servir hamburguesas, aunque no fuera así. Toni no se concentraba en los aspectos negativos de aquel trabajo, en lugar de ello, ponía el foco en los muchos aspectos positivos que, sin duda, el supo encontrar.
2. Ponía los 5 sentidos en todo lo que hacía. Fluía.
Cuando yo escribo es cuando fluyo, ¿por qué? Porque pongo los 5 sentidos en lo que hago, porque me apasiona y me evade de cualquier otra realidad. Si fluyes, disfrutas. Eso es lo que tenía muy interiorizado Toni, una persona que se concentraba tanto en lo que hacía, en ser el mejor, que las horas -interminables para otros- a él le pasaban volando. Las personas como Toni se comprometen con una misión, que entienden más grande que ellos mismos, y la llevan a cabo con exigencia y mucho compromiso. Son notables porque jamás harán una chapuza para salir antes de tiempo ese día, tampoco se les caen los anillos a la hora de “rebajarse” haciendo tareas que, por contrato, no les correspondería hacer.
3. Creía que con su trabajo hacía felices a los demás.
Toni no trabajaba en un fast-food para poderse pagar la carrera, él daba de comer a la gente para que fuera más feliz. Este tipo de pensamiento es lo que le convertía en un trabajador modelo. Si lo pensamos, todos los trabajos existen para ayudar a los demás, si enfocamos lo que hacemos en nuestro día a día de esta manera, seguro que mejorará nuestra percepción de lo que hacemos profesionalmente. De alguna manera, todos podemos estar haciendo felices a otras personas y vernos así a nosotros mismos es un buen chute de autoestima.
4. Trataba a cada persona como si fuera la persona más importante del planeta.
Trataba a todas las personas de manera cordial y educada, además con mucho sentido del humor. Daba igual que fueras un recién llegado, un trabajador veterano o un cliente, para todos tenía siempre una sonrisa, una broma o una palmada en la espalda que, sin duda, te alegraba el día. Te hacía sentir especial por el hecho de colaborar con él en alguna tarea, todos querían trabajar con Toni porque, junto a él, uno se sentía mejor.
5. Era entusiasta, alegre y optimista.
Toni conseguía trasladar su entusiasmo a los demás, su energía positiva se transmitía a todo aquel que se cruzaba en su camino. Puedo afirmar que, en dos años que trabajé con él, jamás lo vi enfadado, ni fuera de lugar. Conseguía hacernos reír a todos pero sin dejar de trabajar, una cualidad que actualmente no se valora como se debiera hacer.
6. Era buen compañero.
Toni tenía una relación fantástica con todos sus compañeros y por eso lo adorábamos. Y no porque no fuera exigente, que lo era y mucho, sino porque su trabajo resultaba ser un ejemplo a seguir para todos los demás. Era el primero en arremangarse para hacer las tareas menos agradables del restaurante y jamás le vi perder los nervios en un trabajo ya de por sí muy estresante. Le vi salir airoso de más de una situación en la que, cualquier otro, hubiera tirado las bandejas de hamburguesas por la ventana.
Seguro que 6 cualidades no son suficientes para describir el tipo de trabajador que fue Toni pero creo que al menos, pueden servir de muestra de lo que es un trabajador ejemplar. Me consta que Toni, después de trabajar en aquel restaurante de comida rápida, consiguió llegar a todo lo que se propuso profesionalmente. ¡Y lo que le queda!
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