Aprender para estar vivo, por Carlos Reyes

Aprender para estar vivo

Aprender para estar vivo-Pensamiento Carlos Reyes

Cuando tengo un poco de dinero me compro libros; y si queda algo me compro alimentos y ropa,  Desiderius Erasmus

Me veo a mi mismo como un yonky del aprendizaje, necesito aprender para sentirme bien. Uno de las cosas que hoy me hacen más feliz es adquirir nuevos conocimientos.

Leer, ver documentales, relacionarme con determinadas personas, hablar con mis hijos. De todo y de todos aprendo algo y es una sensación maravillosa.

Vivimos en la era de la información. Atrás quedaron aquellos tiempos en que una o dos veces a la semana, debíamos ir a la biblioteca si queríamos documentarnos para ampliar nuestra formación. Hoy por hoy, estamos a un click de conocer cualquier dato sobre cualquier materia. Tenemos acceso a un mar de información desde la comodidad de nuestra casa, o donde quiera que estemos, y a un muy bajo coste.

Solemos estar muy enfocados en la educación académica de nuestros hijos, dejando de lado nuestra dieta formativa. Creo que debería ser una inquietud generalizada querer aprender, conocer más sobre aquello que será útil para nuestro desarrollo intelectual y/o personal. Formarnos debería ser un deber moral.

Opino que nuestro conocimiento también debe ser compartido. Transmitir lo que nosotros hemos aprendido con los demás es de las mejores sensaciones que alguien puede experimentar. Los padres viven esto con sus hijos y saben lo reconfortante que es. Pero también los adultos podemos ayudar a otros adultos con nuestro conocimiento.

Al menos una vez en la vida, todos deberíamos escribir y publicar un libro. Porque no podemos llevarnos a la tumba lo que podemos regalar a los demás. Compartir conocimiento debería estar recomendado por los médicos.

En un  planeta en el que ya tenemos de todo, compartir ideas y formación debería ser una de las tantas obligaciones que tenemos como ciudadanos del mundo. El conocimiento nos hace más libres, un mundo con un mayor conocimiento global sería un mundo que no sucumbiría a mal intencionadas influencias de poder.

La educación nos da consciencia y nos compromete con nosotros mismos y con los demás.

Un mundo más preocupado por aprender que por comprar cosas, sería un mundo mucho mejor. Más seguro, menos manipulable y, sin duda, mucho más feliz.

Deberíamos sentirnos afortunados de vivir en un tiempo donde el acceso al conocimineto es tan sencillo e inmediato.

Apaga la tele. Lee y aprende. Serás alguien mejor, alguien más feliz.

Invierte en conocimiento, invierte en ti, Raimón Samsó

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