Me llamo Javier, y me encanta mi nombre, no lo cambiaría por ninguno.
Mi padre quería llamarme Columbiano, como mi abuelo, menos mal…
Nací en Barcelona, y soy de la Verneda donde pase mi infancia y parte de juventud.
Ahora vivo en Pueblo nuevo, un barrio que me encanta, pero cuando vuelvo a mi antiguo barrio y paso por mi calle siempre me veo ahí.
Barcelona siempre me ha gustado mucho, pero con los años creo que se estropea. La veo abandonada a su suerte.
No me hubiera importado haber nacido en un país tropical, de buen clima, aunque no tuviera cerca un supermercado o un ambulatorio, creo que sería feliz con poco.
Me encanta el verano, es mi momento preferido del año.
Mi primer recuerdo es de los veranos en Galicia. El viaje hasta allí, y las tardes largas por el campo sin obligaciones ni deberes.
De pequeño me fascinaba el fuego, ver como se quemaba el cartón, poniéndose rojo y quedando reducido a un polvillo blanco, era fantástico.
Mi vida de estudiante ha sido una montaña rusa. He vivido de todo, desde suspenderlo todo y ser un pésimo estudiante arrastrando asignaturas cada septiembre, ha ser un alumno muy apreciado por tener muy buenas notas.
Mi cruz han sido siempre los idiomas. Inglés, catalán. También sufría mucho con el cálculo.
Siempre me ha gustado mucho dibujar y pintar. Es lo que siempre he hecho. Aunque sigo esforzándome por aprender y mejorar, pues no me sale de forma innata.
De pequeño quería estudiar pintura, y llevar una vida bohemia. Tener un taller enorme lleno de lienzos, maderas y todo tipo de cachivaches.
Termine estudiando delineación, eran los estudios más “creativos” a los que podía aspirar sin entrar en conflicto con la visión de futuro sobre la importancia de tener un trabajo. La verdad es que también me gustaba mucho.
Siempre me enorgullecido de estudiar F.P, unos estudios muy denostados y que considero que deberían estar más presentes en los planes de estudios.
Estudie en la profesional del Clot. Para mi fueron unos años donde aprendí mucho, no solo a nivel académico. Todavía siento añoranza de aquella época, y me vienen recuerdos cuando paso delante de la escuela.
Me acuerdo mucho de la gente con la que compartí aquellos años, donde hice buenos amigos, también a los profesores, que eran muy peculiares.
Mi formación inicial siempre fue más de ciencias, tecnología o mates. Pero al final volví a la creatividad y estudie Ilustración y Historia del Arte. Algo que disfruto más en el tiempo.
Me habría gustado ser biólogo o arquitecto, la arquitectura siempre me ha fascinado. Porque es una obra de arte total en la que te introduces, sientes y vives. Entrar en la casa Batlló o en la pedrera es entrar en una obra de arte total.
Mi vida me ha llevado por caminos que no pensaba transitar y he tenido que adaptarme a ellos. Simplemente son nuevas posibilidades y nuevos retos.
Me considero bromista y un poco payaso, pero también tengo una parte melancólica que considero positiva, me hace pensar.
Me encanta la gente con sentido del humor, que sabe poner el toque con gracia al momento y también sabe reírse de si mismo.
Considero que el buen humor es una forma de inteligencia. Y comparto la idea de Buñuel que decía “un día sin reír es un día perdido”.
En ocasiones siento haberme perdido cosas de la vida que ya no volverán. Pero son caminos vitales que he vivido de otra manera, y tal vez lo que me he llevado y he aprendido este en mí y es algo positivo. Quiero pensar que es así.
Pienso mucho en la organización del tiempo a la hora de hacer las cosas, necesito terminar el día y sentir que ha sido productivo a cualquier nivel. Sea porque he realizado un trabajo y veo el resultado, o porque lo he dedicado a descansar o divertirme y el tiempo ha sido bien empleado. No siempre se consigue claro.
Soy de los que piensa que las cosas se deben hacer bien, si no es mejor no hacerlas.
Deseo seguir aprendiendo y que no me pueda el desanimo o la duda, que en ocasiones me impiden actuar.
Tengo tendencia hablar mucho, a enrollarme mucho, a intentar explicar demasiado las cosas, a darle vueltas a todo. Pero esto es algo que estoy intentando corregir.
Soy muy ordenado. En mi caso es casi un defecto.
Me considero una persona de trato fácil. Intento ser positivo y ver siempre la “botella medio llena”. Procuro no buscar el enfrentamiento porque no soporto discutir.
Siempre me esfuerzo por ser agradable, sigo cometiendo el grave error de pensar que es posible agradar a todo el mundo. Creo que empiezo aprender que debes ofrecer el trato recibido.
Soy un desastre para el Deporte, ya ni lo intento.
La frase que me suelo repetir interiormente es: “Estés donde estés y hagas lo que hagas siempre tranquilo y feliz”.
A veces pienso en el personaje de la novela “El filo de la navaja” de Somerset Maugham. O en los “Vagabundos del Dharma” de Jack Kerouac. Soñar en haber vivido como ellos. Siempre habrá una conexión interior con todo lo que lees y lo que te aporta te trasforma.
Creo en los sueños como en algo poético que nos permiten crear un mundo irreal donde activamos la imaginación y así poder establecer objetivos, ilusiones, retos.
Mi personaje favorito es Ulises, el héroe por excelencia en la Odisea de Homero. Pues todos somos en algún momento ese personaje maravilloso y la vida una pequeña odisea.
En mi caso sucumbiría de pleno al seductor canto de las sirenas. Una bonita sonrisa, una mirada dulce y simpática, o una bella melena aireada a pleno sol son suficientes para dejarme como un azucarillo en un vaso de agua.
Admiro mucho a los médicos y a todas las personas que se dedican al ramo sanitario y tienen el valor de intervenir en un cuerpo para curarlo, es algo que no podría hacer, si veo mucha sangre o heridas abiertas lo paso mal.
Cuando he conocido a alguien en algún momento especial, o que te ha aportado algo por el motivo que sea no la olvido.
Creo que me moriré sin entender como funciona el mundo de las finanzas, de la bolsa, de los activos, valores, cotizaciones, ect.
Mi primer disco de vinilo fue el Alchemy de Dire Straits, lo compré en discos Pelayo por el año 87, y ahí fue donde empezó a formarse un gusto musical que se ha mantenido hasta hoy y que comparto con la gente de mi generación.
Creo que hay una canción y un estilo para cada momento. Pero una de mis canciones favoritas es “El Rey” de José Alfredo Jiménez. Casi una filosofía de vida.
Llevo años intentando aprender a tocar blues con la armónica, y sigo en ello. También en la facultad descubrí la música clásica, la opera y el jazz. Todo me interesa. No sabría vivir sin música.
No podría quedarme con una película concreta, pues cada una pertenece a una época y tiene su momento para ser vista. Por seleccionar una ahora diría Ed Wood de Tim Burton. Creo que es un homenaje al cine, una historia de perdedores que lucharon a pesar de todo, combinando humor y drama de forma magistral. Pero son tantas.
También me gusta mucho el cine clásico, lo considero muy auténtico. La primera que vi fue “Solo ante el peligro”, nos la paso un profe en clase. También tengo su recuerdo, era uno de los mejores que he tenido.
El cine también tiene montones de momentos, por elegir uno ahora diría el de la película Cocktail, en la que Elisabeth Shue (Jordan) y Tom Cruise (Brian Flanagan) se besan bajo la cascada en el lago, ella se ha desprendido del bikini. Momentazo. Por cierto la película del año 1988, fue nominada a peor película y se lo llevó. Y Tom Cruise a peor actor pero el premio se lo arrebato Silvester Stallone por Rambo III, jeje.
De las series actuales no he visto absolutamente nada. Debo ser un bicho rarísimo.
Las religiones son interesantísimas desde el punto de vista del conocimiento. Pero no creo en ellas, o eso creo. Creo en la espiritualidad, en una religión o conocimiento que busca el bienestar del cuerpo y del espíritu. Me gusta la filosofía budista que valora el aquí y el ahora y busca el equilibrio del ego.
Hacer este “trabajo” me ha costado muchísimo. Pero también ha sido muy interesante y un buen ejercicio.
Cada mañana al levantarme me considero una persona muy afortunada en la vida, estoy vivo para contar esto y sigo pensando que todavía hay mucho por hacer.