Hace años trabajé en una empresa en la que mi jefe me mandó a un curso de formación de un solo día para que, según él, mi motivación en la empresa creciera.

Teniendo en cuenta que hacía cuatro años que trabajaba para él, en un puesto de trabajo donde siempre cumplí lo mejor que pude con mis obligaciones, y que el curso no era más que una presentación comercial de un producto, tuvieron que pasar algunos días para darme cuenta de que ese “acto de motivación” poco había influido en mi entusiasmo por mi trabajo.

Ese responsable era el mismo que me saluda por la mañana y no me volvía a dirigir la palabra en todo el día, hasta que un día me confesó que no hablaba conmigo porque sabía que “yo lo tenía todo controlado”. A esa persona va dedicado este artículo y sobre todo la frase que sigue a esta. Muchos valen para ser jefes pero muy pocos para ser líderes.

Cuando una persona forma parte de una empresa es sumamente importante que se sienta integrado y comprometido con ella.

Pero esto no sucede por arte de magia. Trabajar las relaciones con cada empleado es un cometido que afortunadamente, muchos responsables de equipos humanos de diferentes empresas, empiezan a tomarse con la seriedad que merece.

No hay nada más desmotivador para un trabajador que comprobar que no hay progreso en su carrera. Que pasados los años, está exactamente en el mismo lugar que cuando fue contratado, o peor aún, que ha emprendido una marcha atrás que no parece que vaya a detenerse.

A continuación te muestro 5 pistas para conocer si trabajas para un líder o para un jefe o , si fuera el caso, para saber si eres uno u otro:

1. Los Premios no Motivan

Podemos pensar que aumentar el sueldo a un empleado es la mejor manera de motivar a un trabajador, pero diferentes estudios demuestran que esto no es así. Por descabellado que pueda parecer, un aumento de sueldo, un coche nuevo de empresa o regalar un dispositivo Apple no se convierten en elementos motivadores para el trabajador. Premiar no es la mejor manera de motivar a otra persona, si bien puede parecer que obtiene buenos resultados con el primer “premio”, más tarde podemos comprobar cómo premiar las acciones es incluso contraproducente. Cuando la euforia de haber adquirido estos «premios» pasa, el trabajador volverá a estar tan desmotivado como antes. Sobornar a base de recompensas materiales sólo lleva a las personas a querer conseguir nuevos premios. Cuando este tipo de recompensas desaparece la motivación se esfuma con ellas.

2. Tocar la Fibra del Empleado es la Clave

Más importante que los resultados de un trabajo son las emociones que se experimentan durante el desarrollo de éste. Para motivar realmente a alguien debemos llegar al interior de esa persona, acariciar sus emociones para que sienta que lo que hace es parte de algo grande. ¿Por qué una enfermera puede soportar horas y horas de trabajo?, ¿por qué alguien trabaja en un comedor social como voluntario sin percibir ningún tipo de retribución económica? Porque sienten que su misión es más grande que ellos mismos y que lo que hacen contribuye a mejorar la vida de otras personas.

La motivación viene cuando se llega a la emoción, una persona trabaja mejor o peor en función de las emociones que experimenta en el desarrollo de sus funciones. Un médico que salva vidas no puede estar enfocado en su salario, las sensaciones que experimenta es lo que le lleva a soportar turnos de larguísimas horas. No hay mejor táctica de motivación para una persona que hacerle partícipe de algo grande. Los trabajadores de Apple y Google son capaces de pasar horas y horas trabajando para su empresa porque sienten que, de alguna manera, están cambiando el mundo.

3. El  Progreso es el Motor de la Motivación

No hay nada más motivador que el progreso, de todos los acontecimientos que influyen en la vida laboral, uno de los más poderosos es el progreso en el trabajo. Los líderes de empresa inteligentes facilitan la posibilidad de crecer a sus trabajadores, hacen que sus empleados caminen hacia delante en lugar de hacerlo en círculos. Sin progreso no hay avance, sin avance no hay motivación. El éxito en el trabajo es la clave de la motivación pero no podemos pretender ser el nuevo Steve Jobs. Está demostrado que un flujo constante de pequeños éxitos es fundamental para que alguien se sienta entusiasmado en el trabajo. Los logros menores pero constantes son mucho más motivadores que la búsqueda de grandes logros que difícilmente llegarán a materializarse.

4. Los Líderes crean Tribus

Un trabajador deber sentirse parte de una tribu, de un grupo excepcional que es capaz de influir en otras personas para mejorar sus vidas. La misión y la cooperación con los compañeros deber ser más grande que uno mismo, como si se tratase de un equipo deportivo donde la suma del esfuerzo de los integrantes prevalece por encima del protagonismo individual.

Las empresas que consiguen inculcar en sus trabajadores una filosofía, una creencia compartida, una historia, son aquellas empresas que se imponen por delante de las que no son capaces de definir su misión.

Las empresas exitosas se preocupan de que sus trabajadores sean sus mayores fans, incluso compradores de los productos y servicios que generan.

En palabras llanas, necesitamos que la empresa donde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo se preocupe de contarnos un cuento antes de ir a dormir, que nos mime y nos arrope en el lugar donde desarrollamos nuestra profesión. Las empresas que son capaces de contarnos ese cuento son las que inspiran a los empleados para adquirir un tipo especial de compromiso. Es esta dedicación la que afecta directamente al éxito de una empresa y es fundamental para la creación de un fuerte legado corporativo.

5. Follow the Lider

El liderazgo viene cuando en un mismo individuo se concentran habilidades gerenciales y directivas, además de cierto carisma que cree empatía con los demás colaboradores. Es una persona capaz de influir en grupo de personas para sacar a flote lo mejor de ellos que, al final, será lo mejor para la empresa.

Un líder no es alguien que impone sus ideas, no es alguien que carga de trabajo a sus subordinados mientras él se va a jugar a padel, no es ese que te sonríe mientras te llama un viernes a última hora para decirte (palabras textuales): «te voy a pasar un marrón».

Un líder da ejemplo a sus trabajadores y debe convertirse en un referente de las buenas prácticas de la empresa que está en sus manos.

Un líder no es simplemente un jefe, eso ya pertenece a la historia. Un líder es cuando un grupo de trabajadores acepta a una persona como el guía que debe ser, cuando entienden que sus recomendaciones son las más convenientes para la mayoría de los integrantes de la empresa, y por ende, para la propia empresa. Si eres empresario aprende a comunicarte de verdad con tus trabajadores, motívalos de verdad para poder conseguir mejores resultados y un clima donde todos compartáis unas mismas ideas y objetivos

Si eres trabajador por cuenta ajena intenta encontrar a tu líder, o mejor todavía, conviértete tú en él. Seguro que te costará menos lo segundo que lo primero.

http://es.workmeter.com/blog/bid/312706/El-liderazgo-empresarial-y-sus-10-caracter-sticas-b-sicas

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