Tener un blog ha sido para mi una de las experiencias más satisfactorias de mi vida, pero a la vez una de las aventuras más complicadas y exigentes con la que debo lidiar a diario.

El día a día está repleto de trabajo y obligaciones, y mantener un blog no es tarea fácil. Si tú tienes uno sabrás de lo que hablo.

Carlos, no puedes con todo, abandona el blog

Hace poco estuve barajando la posibilidad de abandonar este blog, de tirar la toalla para siempre. He pasado una mala temporada, en la que no paraba de escuchar una vocecita, dentro de mi cabeza, que repetía constantemente: “Carlos, no puedes con todo, abandona el blog”.

Y creo que ello se debe a que he cometido, y sigo cometiendo, los típicos errores de aquellos que dedicamos parte de nuestro tiempo a un blog. Da igual la temática, el número de visitas o likes, un blog es un compromiso y, como tal, requiere de un tiempo y un esfuerzo importante.

Desde 2015, momento en el que empecé a escribir en mi blog, mi vida ha cambiado a mejor. Siempre me ha gustado escribir, pero nunca lo había hecho con la disciplina y regularidad con la que hoy lo hago. Y eso exige tiempo y mucha dedicación.

La experiencia vivida a lo largo de este primer año, me ha hecho ver los 10 errores que cometo con más frecuencia. Si eres un blogger, puede que  te reconozcas en alguno de ellos.

1. Tu Blog te Obsesiona

Esto suele ocurrir sobre todo al principio, es similar al enamoramiento que surge al inicio de una relación de pareja. Te apasiona lo que haces en tu blog y como te sientes cuando te dedicas a él. Tanto es así, que no dudas en dedicarle todo el tiempo que te sea posible. Y como no tienes un horario para ello, pasas largas horas delante del ordenador, escribiendo, editando fotos y compartiendo tu valioso contenido en redes sociales. Crees que mientras más tiempo dediques a tu pasión, mejores resultados obtendrás. Por eso te cuesta desconectar de tu blog, incluso en vacaciones te permites hacer alguna cosita para él, ya que sientes que lo tienes descuidado durante demasiados días.

2. Trabajas sin tener muy claro tu objetivo

Es fácil empezar a escribir en un blog y no tener claro cual es el objetivo de lo que estás haciendo. Soy de la opinión de que un blog debe tener un objetivo, aunque sea un blog personal. Siendo totalmente sincero, debo confesar que mi blog lo creé con la intención de crear una plataforma para dar a conocer mi libro Tu Vida Contigo Justo al contrario de lo que debería hacerse. Fue la reacción de los seguidores y las palabras de ánimo lo que me llevó a comprometerme realmente con el blog, y a olvidarme del número de ventas del libro. Hoy, creo que la misión de este blog es la de ayudar a aquel que lo lea, que sea una Herramienta de Motivación para Personas.

3. Quieres –y debes- hacerlo todo tú

No nos engañemos, todos queremos que nuestro blog sea el más visitado. El número de clicks nos importa y llega un momento en que nos damos cuenta que escribir y diseñar no lo es todo. Debemos difundir nuestros contenidos en redes sociales y eso lleva más tiempo aún que crear y mantener el blog. Usas Facebook, Twitter, Google Plus y todo aquello que te recomiendan otros colegas, pero te falta tiempo para ejercer de comunity manager para tu blog. Y contratarías a un profesional para que hiciera esa importante tarea pero, ¿cómo vas a pagar a alguien para que gestione tus redes sociales si ni siquiera tú estás ganando dinero con el blog? Mientras no puedas contratar a alguien que lo pueda hacer por ti, te sugiero que utilices esta herramienta: KLOUT, que te servirá para programar y compartir contenido en diferentes redes sociales, sin necesidad de tu presencia constante.

4. Tu vida personal se ve afectada

Te encanta tu blog y, como he dicho en el primer punto, llega a obsesionarte. Yo he llegado a pasar noches en vela antes de publicar uno de mis posts: 50 COSAS SOBRE TI . Fue un proyecto en el que participaron cincuenta personas, así que había muchas expectativas puestas en él. El miedo a defraudar a todos los colaboradores y a los futuros lectores, me persiguió hasta el día de la publicación. Tras ser publicado, se apoderó de mi una especie de euforia, provocada por el éxito alcanzado, que también me mantuvo con la cabeza en las nubes durante semanas. Creo que esos días no supe estar centrado en mi vida personal.

5. Dejas de ver con claridad. Te enamoras de tu Blog 

Al final llega el fatídico día; te enamoras de tu blog. Si tratas a tu blog con cariño, publicas con regularidad y cuidas su apariencia, es normal – casi inevitable- terminar enamorado de él. Pero eso es algo muy peligroso porque en ese momento es cuando dejas de ver la realidad tal y como es, dejas de ser objetivo. Y esa falta de objetividad termina siendo el talón de Aquiles de tu blog. Enamorase del producto que crea uno nunca es una buena práctica, ya que termina disminuyendo tu poder de auto crítica y acabas relajándote, pensando que tus posibles lectores acabarán enamorándose también de tu blog y que, por tanto, habrás creado un blog de éxito que funcionará solo.

Si te has enamorado de tu blog, mi consejo es que salgas a dar una vuelta por la red. Que conozcas a otros blogs, de temática similar al tuyo para darte cuenta que tú no eres el que tiene el mejor blog y de que hay gente por ahí que lo está haciendo bastante mejor que tú. Una cura de humildad te vendrá muy bien a ti y, por supuesto, a tu blog.

Quiero a mi blog, me gusta mi blog. Pero dejé de estar enamorado de él cuando conocí a otros blogs mejores que el mío. Podría hacer una larga lista, pero prefiero dejarte tan sólo tres ejemplos de blogs que hacen bastante mejor lo que yo hago: «Más y Mejor (Emprendedores de Alto Rendimiento)», «El Blog de Eva Collado Durán (Blog sobre Marca Personal», ó «Xpsicologia (Blog de Psicología On Line)»

6. Adquieres demasiados compromisos 

Un día te surge la oportunidad de colaborar con un blog amigo, un blog que admiras, que va mejor que el tuyo y del que te gustaría formar parte para ganar notoriedad como redactor de contenidos. Pero cuidado con eso. Conviene no perder de vista nuestras prioridades y la dedicación a nuestro blog. Si bien es recomendable colaborar con otros profesionales que hagan lo mismo que tú, esto no debería restarle dedicación a tu blog. Yo he colaborado en varias ocasiones con el blog de psicología Xpsicologia y estoy muy orgulloso de ello. Pero no he permitido que estas colaboraciones restaran dedicación a mi blog, que es el «niño de mis ojos».

7. Quieres crear el post del siglo

Cada post que redactas quieres que sea mejor que el anterior, o así debería ser tu manera de pensar. Es entonces cuando puedes caer en la trampa del perfeccionismo absurdo , ese mal tan común que puede dejarte paralizado. Te contaré un secreto: en tu blog hay artículos buenos, otros no tan buenos y otros malos. Basta con que eches un vistazo a las estadísticas de visitas de tu blog. Así que sólo hay una manera de avanzar y es no dejando de caminar. Toma acción y no analices tanto, cuando tengas un borrador que consideres digno, publica tu nueva entrada y no te detengas por culpa de buscar un post perfecto.

8. Pasas de la euforia al pesimismo en poco tiempo 

Llega ese temido día en el que te levantas de la cama y te preguntas; ¿y para qué hago todo esto?, ¿por qué estoy dedicando tanto tiempo a algo que no me mantiene económicamente? Ese es el día en que quieres tirar la toalla, abandonar a tu “pequeño” para ser un poco más libre. Hasta que llega alguien que comparte uno de tus artículos, que te felicita por correo o que te dice que ha comprado tu libro. En ese momento es cuando vuelve la euforia, tu humor cambia y el mundo del blogger, otra vez, vuelve a parecerte el mejor estilo de vida.

9. Te impacientas a menudo 

Llevas tiempo publicando en tu blog, has creado contenido de interés para otros, te pasas el día compartiendo tus artículos en redes sociales y –aún así- no tienes todas las visitas que desearías. He de confesar que yo sufro bastante con este tema pero que, con el tiempo, he aprendido a relativizar. Resulta frustrante cuando escribes un post de 1.000 o 1.500 palabras, que has preparado durante un par de semanas, para después comprobar que sólo lo han visitado (esto no quiere decir que lo hayan leído) unas 20 personas. Cualquiera que lleve tiempo escribiendo en un blog te dirá que esto es una carrera de fondo, así que parece que cuenta más la constancia que las fórmulas mágicas de SEO.

10. Y cuando te preguntan cómo va tu blog…

A pesar de todo, cuando te preguntan por tu blog o por tu libro (si lo tienes) no consigues hablar mal de ellos. De tu boca sólo salen palabras de agradecimiento por poder hacer aquello que te apasiona, que te hace sentir más libre y comprometido. Hoy reconocemos que nadie nos ha obligado a escribir un blog y sabemos que lo hacemos porque nos hace sentir bien con nosotros mismos y con el mundo.


¿Eres blogger? Si es así, espero y supongo que te habrás identificado con alguno de los puntos anteriores. Mi intención sólo ha sido la de hacerte ver que no eres el único que se ha encontrado con esta serie problemas y que, cambiando la forma de trabajar y de entender este mundo, puedes ser más productivo y disfrutar de la aventura de escribir.

¿Quieres compartir conmigo algún error que hayas cometido como blogger y que no has visto en este artículo?  Estaré encantado de comentarlo contigo.